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Blog de Amatista Tarotista y Terapeuta Evolutiva

EL TAROT CUÁNTICO

                                   EL TAROT CUÁNTICO

 

 

 

                                      

 

 La mejor manera de adivinar el futuro es crearlo.

 Cuando se tira el Tarot se crea o se revela una imagen del momento concreto en el tiempo que incluye al interrogador, la pregunta y todo lo que le rodea.

Entonces, al igual que ocurre con la física cuántica, el observador, o interrogador, se incluye dentro de la descripción general de la realidad.

David Peat.

 Experto en Física Cuántica.

  El Tarot, en su origen, nació como un método para vincular a la persona que lo utiliza con la fuente universal. Activa la sincronización original entre nuestra mente subconsciente y el Inconsciente Colectivo.

 Todo esto fue modificado mediante un simbolismo arcano que, según descubrió el psicólogo suizo Carl Gustav Jung, reflejaba los arquetipos humanos y todas las posibilidades en juego en el momento de realizar la consulta. Por lo tanto, el Tarot no adivina el futuro, sino que bien usado contribuye a crearlo.

A mediados del siglo XX  Jung descubrió que los 22 Arcanos mayores, los naipes principales de la baraja, reflejaban los Arquetipos primordiales que influyen sobre la mente subconsciente de todo ser humano.

Cuando la mente asimila el significado de las cartas aparecidas en la tirada, conecta con el Inconsciente Colectivo mediante Sincronicidad, para convertir en realidad lo que la persona desea, disolviendo al mismo tiempo lo que no desea. El Tarot funciona obedeciendo a la teoría del observador, descubierta por la Física Cuántica. Según esta teoría, cuando la mente humana fija su atención sobre una de las posibilidades en estado latente, la materializa, convirtiéndola en realidad. El Tarot es el vehículo por el cual tu mente observa el futuro y elige lo que desea materializar. Es un oráculo, pero no de adivinación, sino de consecución. Un oráculo activo.

Las imágenes arquetípicas del Tarot abren y focalizan la mente subconsciente, que al comprender y abarcar la situación consultada, puede maniobrar positivamente, atrayendo lo que le conviene y eliminando lo que no. Sucede así porque cuando la mente fija un objetivo que desea conseguir, crea una vibración particular que proyecta en forma de campo cuántico hacia el Inconsciente Colectivo para que todo se recodifique según la mejor opción.

 El Tarot visto así sería como un oráculo cuántico para transformar la realidad.

La ignorancia derivada de no saber cómo funciona el Tarot y la mala fe de tantos aprovechados que ven una forma de obtener dinero fácil de los ingenuos han perpetuado la idea de que con las cartas puede adivinarse futuro. Pero ya no estamos en Edad Media, es de suponer que las personas mínimamente informadas  pueden comprender que nada ni nadie puede adivinar el futuro, puesto que no existe, ya que cada persona, según sus acciones en el momento presente, va configurando la realidad en la que vive sobre la marcha.  Y que aparte de cuestiones naturales inevitables, como la genética, es la voluntad y la iniciativa en tomar un camino u otro lo que determina el resultado del futuro.

 

El Tarot es uno de los oráculos más completos y adaptado a las circunstancias que influyen sobre la persona. Está diseñado precisamente para una más cercana interpretación de los hechos y las circunstancias que configuran el destino, siempre cambiante, de todo ser humano. El Tarot no nació tampoco pretendiendo adivinar el futuro, pues ya desde la antigua Grecia se sabía que el futuro no existe, ya que las personas viven siempre en un presente continuo, modificando el Destino según cada uno su empeño, aparte de las variables circunstanciales del azar.

La presión de las circunstancias, la influencia de las personas que hay a tu alrededor y los factores tan imponderables y diversos del azar configuran su incidencia sobre la realidad, según el Arquetipo que rige desde tu mente subconsciente. Como consecuencia de todo ello, logras un resultado en particular, que los oráculos pueden predecir, pero no adivinar, porque al final, toda persona puede modificar por lo menos una de las variables, el Arquetipo, y al hacerlo, cambia todo lo demás.

El Arquetipo es la dirección hacia la que apunta toda persona en su acción, la suma de toda su actividad interior, pensamientos, emociones, experiencias acumuladas, concepciones, creencias, valores. Todo ello configura un modo de reaccionar tan predecible que configura el futuro de una persona. Sin embargo, el futuro es modificable en el presente, porque son las acciones concretas, predeterminadas por el Arquetipo que te rige sin que lo percibas, lo que configuran el posible resultado que obtendrás, porque nadie nace predeterminado, como si fuera un robot, sino libre para llevar a cabo su proyecto particular, eso que llamamos Destino, con mayúsculas.

Lo que hacen las cartas del Tarot (esquemas muy simbólicos llenos de significado) es desvelarte los Arquetipos propios y de las personas implicadas en la situación que te inquieta y te gustaría conocer más a fondo. Al hacer eso, el Tarot sirve para visualizar los resultados que podrías materializar en el futuro con todo ese cúmulo de influencias interiores y exteriores. Como la parte más modificable que tienes a mano es el Arquetipo, al cambiar de Arquetipo de manera consciente, puedes modificar el resultado del vaticinio, creando el futuro que más te convenga.

 

Esto siempre ha sido así, pero a la fuerza de utilizarlo mal y de forma errónea, el Tarot ha llegado a nuestros días como algo mágico, inquietante y esotérico, propio de personas crédulas o supersticiosas. Y sin embargo, el Tarot es un puente para reconectar el vínculo extendido entre la mente consciente y la subconsciente, de manera que descubra los Arquetipos que rigen la mente subconsciente y, por tanto, el resultado que obtendrás en una determinada situación.

Al observar la realidad que estás configurando sin darte cuenta, tomas conciencia y puedes modificarla, sobre todo si no te gusta, del mismo modo que la conciencia modifica el comportamiento de las partículas con el simple acto de observarlas. Tal como explica el Principio de Incertidumbre desarrollado por Werner Heisenberg, las partículas diminutas que configuran la realidad en forma de onda o vibración, cambian su configuración interior al observarlas, de modo que nunca puede adivinarse cuál es el origen de lo que llamamos realidad.

Lo que si podemos es influir sobre la realidad cuántica, observándola con plena conciencia. Incidir sobre la incertidumbre del azar por medio de una conciencia focalizada y regida por el Arquetipo más adecuado a la realidad en concreto que deseamos materializar, mediante lo que la Ciencia denomina salto cuántico. Y para observar la parte oculta de la realidad, tuya y de todo cuanto te rodea, es para lo que sirve todo el simbolismo contenido los naipes del Tarot. Por medio del azar, el Tarot que representa de manera encriptada la respuesta que necesitas para configurar esa realidad en concreto que deseas.

El Tarot funciona como un oráculo cuántico, que reconecta la original y secular vinculación, escindida con el paso del tiempo, entre la mente subconsciente y el Inconsciente Colectivo, el origen de todas las respuestas, la matriz nuclear que contiene codificadas todas las respuestas posibles.

 

El Tarot representa un mundo mágico y cuando entramos en ese mundo, nos convertimos en magos y cuando regresamos a nuestra realidad diaria permanecemos en contacto con muchos de los poderes mágicos que hay a nuestro alcance en la psique humana.

 Sallie Nicholls.

 Experta en Psicología Junguiana.

 

                                        

 

 

Amatista Tarot Terapéutico  Y Evolutivo

 

 

 

 


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